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Se habla muchísimo sobre cosmética natural, pero no todo lo que circula es cierto. Por lo tanto, nos propusimos “desenmascarar” 6 mitos que nada tiene de verdad, porque la información es poder y queremos que estés bien informada para que puedas tomar las mejores decisiones sobre cómo cuidar tu piel. ¿Empezamos?
La cosmética natural y la cosmética orgánica son lo mismo
¡FALSO!
Suele pasar que, por falta de conocimiento, se ponen a todos los conceptos “en la misma bolsa”. Sin embargo, deberías saber que la cosmética orgánica tiene regulaciones diferentes a la cosmética natural, por lo tanto NO son lo mismo.
La cosmética orgánica tiene el foco puesto en la producción de las materias primas que forman parte del producto cosmético y el 95% de sus materias primas deben proceder de producciones orgánicas. La cosmética natural, en cambio, puede usar materias primas de orígen orgánico, pero además puede usar sustancias naturales, como el agua, que no se considera orgánica, o sustancias biotecnológicas, que son naturales, pero no así orgánicas.
La cosmética natural no es tan efectiva como la cosmética convencional
¡FALSO!
Otro de los grandes mitos que circulan están anclado en creer que lo conocido es lo único efectivo, como la cosmética tradicional, y desestimar otras propuestas, como la cosmética natural, que puede ser igual o más efectiva que la cosmética convencional.
Esto se debe a que convencionalmente la formulación de un producto parte de una fórmula base, que podría ser un gel, una crema, una pomada, comúnmente hecha a partir de derivados del petróleo, que hacen al sensorial y las características organolépticas del producto, alguna fragancia y/o colorantes, también derivados del petróleo, y se le agrega uno o más activos para darle una “función específica” al producto. En cambio, en la cosmética natural el diseño de un producto es integral, la misma base del producto está hecha con materias primas colmadas de propiedades benéficas para la piel, como puede ser un aceite de jojoba, una manteca de karité o un hidrolato, que es parte de la base en la cual luego se le pueden agregar otros activos específicos y/o aceites esenciales. Estos, no solo le aportan el aroma característico, sino que también le suman al producto sus propiedades medicinales.
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La cosmética natural no utiliza ningún ingrediente sintético
¡FALSO!
La certificación de cosmética natural permite el uso de un 5% de sustancias no naturales. Son sustancias naturales idénticas que están dentro de las permitidas por la norma y que son necesarias para su formulación, como puede ser el conservante.
La cosmética natural es solo para el cuidado de la piel
¡FALSO!
Cuando pensamos en cosmética natural lo primero que suele venir a nuestra cabeza son los humectantes, contornos y otros productos relacionados al cuidado de la piel del rostro, sin embargo, la cosmética natural es muuuuuuuy amplia y abarca tantísimo más.
Existen productos enfocados en la higiene, como podrían ser pasta de dientes, enjuague bucal, desodorante, talcos. También, hay productos capilares muy buenos, como la línea línea MATE de María Magdalena, que consiste en shampoo y acondicionador. Asimismo, existe la perfumería natural, el maquillaje natural, los productos de spa (como sales y espumas de baño), velas, y más. Como ves, el universo de la cosmética natural es muy rico en posibilidades y todas buscan integrar a la naturaleza en el cuidado diario.
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La cosmética natural no se puede utilizar en infantes y adolescentes
¡FALSO!
¡Es apta para todas las edades! Así es, la cosmética natural se puede usar en todas las edades, solo hay que saber qué tipo de producto y para qué necesidad. En bebé, se usan leches, pomadas para las paspaduras, aceites para masajes Shantala. En adolescentes, podrían usarse productos naturales para tratar el acné y acompañar los procesos hormonales por los que atraviesan.
La cosmética natural no usa sustancias químicas
¡FALSO!
Toda cosmética sufre procesos químicos naturales, de hecho, la naturaleza es química.
Todo proceso que vive en la naturaleza es considerado un proceso químico, como la descomposición de una hoja, la transformación de sus células, cuando se mezclan dos sustancias suceden procesos químicos naturales.
