Entender esos procesos de transformación puede ayudarte a acompañarlos de la mejor manera, y a encontrar una rutina para conectarte con tu cuerpo, por dentro y por fuera.
Lo que podrías notar
Uno de los primeros cambios que podrías observar en tu piel son manchas oscuras, especialmente en la cara, y la “línea nigra”, una franja vertical oscura justo en medio de tu abdomen. Es natural y se debe a un aumento de pigmentación de la piel por las hormonas que está produciendo el cuerpo. Usar siempre cremas con protector solar puede ayudar a prevenir algunas de las manchas. ¿La buena noticia? Estos signos desaparecen poco después del parto.
También podrías notar tu piel más sensible, irritable y seca. A medida que tu abdomen crece, tu piel se estira y se tensa. Esto provoca una sequedad y una picazón que pueden ser incómodas. Para ayudar a aliviar los síntomas, mantené tu piel hidratada y consultá a tu médico por productos antipruriginosos.
Algunas mujeres presentan brotes de acné durante el embarazo, también generados por la revolución hormonal. Si es tu caso, es muy importante no automedicarte y seguir una rutina de higiene. Primero, lavarte el rostro con algún jabón neutro a la mañana y a la noche. Para esto, RICE, nuestra agua micelar, es ideal para pieles mixtas o grasas. El segundo paso es mantener el rostro hidratado con un producto de textura liviana, como nuestra crema facial de Kale. Si el acné es muy severo, podés usar nuestra bruma de TÉ VERDE, antioxidante y descongestiva, perfecta para una hidratación muy ligera.
Estrías, el dilema
No vamos a mentir: existe cierta predisposición genética para que aparezcan estrías en el embarazo. Por eso, es posible prevenirlas “hasta cierto punto”. ¿Qué es lo que podría ayudar a evitarlas? Mantener la piel bien hidratada con ingredientes que favorezcan la elasticidad y flexibilidad.
Hacer ejercicio, beber mucho líquido y usar productos con vitamina E también podría contribuir a prevenirlas. Nuestra crema corporal Goji puede ser una gran aliada, por su contenido de vitaminas C, A y E, aceite de almendras, aceite de jojoba y manteca de karité.
También te puede interesar: Aceite de jojoba: todo lo que tenés que saber sobre este “oro líquido”
Cuidar cada rincón: masaje perineal
Nos desviamos por un momento del foco puesto en la parte más visible de nuestra piel, para atender otra zona: el suelo pélvico. Conocer y familiarizarse con este conjunto de músculos y ligamentos que se encuentran en la parte baja de la pelvis, es la invitación que nos hace Vero Macri, licenciada en psicopedagogía y preparadora prenatal. En el embarazo, un aliado para este propósito es el masaje perineal.
“El masaje perineal se realiza en la parte baja de la vagina. Ayuda a dar elasticidad y favorece la circulación sanguínea en esta parte del cuerpo. Se recomienda hacerlo lubricándose los dedos con un aceite 100% natural, apto para lubricar la zona”, aconseja Vero, coordinadora de Umay, centro de actividades para embarazadas y de postparto en San Isidro.Admite que existen opiniones diversas sobre la utilidad de este masaje: algunos creen que podría ayudar a evitar desgarros o episiotomías durante el parto; otros no coinciden con esta afirmación. “Para mí, lo principal es la confianza que pueda darle a la mujer conectar con una parte tan importante de su cuerpo, reconocerla y sentir el estiramiento de esa zona, lo cual ayuda a relajarse y abrirse”, destaca.
También te puede interesar: Delfi Cebral: “La mayoría de las mujeres no conocen su piel porque no nos enseñaron cómo hacerlo”
Sugiere realizar el masaje perineal a partir de la semana 34 de embarazo. “Hay varios videos muy buenos en Internet que explican en detalle cómo hacerlo. La idea es no acercarse al mismo desde el ´tengo que´, sino como una oportunidad de conocerse un poco más”, expresa.
Aparte, Vero recomienda consultar a una kinesióloga de piso pélvico, que evalúe su estado, nivel de tensión, y enseñe la mejor forma de hacer el masaje y ejercicios para cuidar esta región que cumple funciones sexuales, reproductivas y de cierre de esfínteres, tan esenciales. “Tenemos un periné para toda la vida y es fundamental conocerlo y cuidarlo, para que no se instalen y normalicen patologías como incontinencia urinaria de esfuerzo (hacerse pis al toser o estornudar, por ejemplo), gases vaginales, dolor en las relaciones sexuales, dolor/molestias/pesadez en el piso pélvico, entre otras”, indica Vero.
Como siempre, aconsejamos preguntar al médico antes de arrancar con este masaje, ya que está contraindicado en caso de infección urinaria o vaginal, várices vulvares y otras condiciones.
Fuentes consultadas: https://americanpregnancy.org/healthy-pregnancy/pregnancy-health-wellness/skin-changes/, https://www.healthline.com/health/pregnancy/pregnancy-safe-skin-care#skin-changes